KRISHNA

lunes, 5 de abril de 2010

EL BHAGAVAD-GITA Y EL RAMAYANA


                                                                        
















EL BHAGAVAD-GITA JUNTO CON EL RAMAYANA SE PODRIA CONSIDERAR 
COMO UNA DE LAS OBRAS SAGRADAS MAS REVELADORAS DEL MUNDO.
SON DOS JOYAS DE LA LITERATURA HINDU.


El Bhagavad-Gita (La cancion del Señor). En esta epopeya, Vishnu,
en su 8º avatar (encarnacion) como Krishna, expone sus doctrinas
a Arjuna, heroe de los Pandavas.


Tuvo lugar en la India, hace aproximadamente 5.000 años. El
Bhagavad-Gita revela a traves del dialogo con su amigo Arjuna,
las siempre vigentes lecciones de como vivir y actuar correctamente
en el mundo y cual es la verdadera naturaleza del ser humano y su
relacion con Dios. El escenario es el campo de Kuruksetra, que 
simboliza el conflicto incesante del hombre con su ego y su
naturaleza superior. Sri Krishna muestra el camino hacia la mas
elevada Realidad por medio de la accion desinteresada (Karma-
Yoga), el Amor y entrega a lo Divino (Bhakti-Yoga) y el camino del
Conocimiento (Jñana-Yoga).


- Se deben realizar todos los deberes en el mundo, sin mirar los
  frutos de la accion.
- Se debe diferenciar entre interior y exterior (Alma) y (Cuerpo 
  fisico).
- Se debe realizar que toda la existencia de cualquier ser, humano,
  animal, planta, visible o invisible, no es mas que una manifestacion
  de Brahma ( de ahi el respeto a todo ser vivo).


El Bhagavad-Gita es la expresion mas alta del hinduismo filosofico.
Un poema para el Alma.


              EL RAMAYANA


CON LA DIVINA EPOPEYA DEL RAMAYANA EXISTE UN MENSAJE 
PROFUNDO. ESE MENSAJE ES: EL HOMBRE DEBE VIVIR UNA VIDA
DE UN SER HUMANO, DEBE BUSCAR LA UNIDAD CON LA
DIVINIDAD. EN TODO SER HUMANO ESTAN PRESENTES LAS TRES
NATURALEZAS: HUMANA, DIVINA Y DEMONIACA. EL HOMBRE
DEBE ESFORZARSE POR MANIFESTAR SU DIVINIDAD Y NO
MOSTRAR SU DEBILIDAD O SUS CUALIDADES DEMONIACAS.
EL SIGNIFICADO INTERNO DE LA BENDICION DE BRAHMA ES QUE
EL RAMAYANA SERA FOMENTADO MIENTRAS LOS HOMBRES
(MONTAÑAS) Y MUJERES (RIOS) EXISTAN SOBRE LA TIERRA.
EL RAMAYANA SEGUIRA EXISTIENDO MIENTRAS LA SOCIEDAD
HUMANA EXISTA.


Unos Reinos de la antigua India, en los años de La Edad de Oro,
llamados Kosala y Videha, eran gobernados por Reyes sensatos
y justicieros. En Videha reinaba Janaka, fiel cumplidor de las
tradiciones de sus antepasados, y el de Kosala desde su hermosa
capital de Ayodhia fue regida por Dasaratha, asimismo 
respetuoso con las leyes antiguas.


Con la Sabiduria de los antiguos Vedas, Dasaratha gobernaba
su Imperio. Fiel cumplidor de su palabra, generoso como Kuvera,
valiente como Indra, fiel creyente de los Dioses, nacido de la
antigua estirpe Solar, fue adorado por sus subditos.


Dasaratha sabia ganarse el aprecio de su pueblo con sus actos
de justicia a Amor. Ayodhi, altiva, orgullosa y bella como la
Ciudad de Indra, se levantaba cerca de las transparentes 
aguas del Sarayu. Los corazones de sus habitantes no sabian
lo que era la envidia ni sus bocas la mentira. Las familias 
tenian trigo y animales, y nadie  era pobre alli, pues los
vecinos se ayudaban los unos a los otros. Las mujeres 
llevaban anillos y pendientes, guirnaldas de flores y 
unguentos perfumados y sus collares y brazales estaban
formados de relucientes monedas. Alli no se conocian la
mentira ni la fanfarroneria y tampoco nadie abusaba de
sus riquezas para con el pobre ni se mendigaba a costa del
rico.


Los hombres guardaban sus juramentos y las mujeres eran
fieles y dulces. En cada casa se adoraba a los Dioses y se
adornaba un altar.


Asi, la bella ciudad de Ayodhi vivia dichosa, bajo el imperio
de Dasaratha. Cuatro Reinas de gran belleza, amadas por
Dasaratha le hicieron feliz. Kausalia, poseedora de todas 
las gracias, fue madre de Rama, el primogenito, leal y
virtuoso; Kaikeyi, joven y bella, fue madre de Bharata, el
juicioso, y Sumitra fue madre de dos mellizos, Laksmana
y Satrugna, impetuosos y valientes. La cuarta Reina no
tuvo hijos.


Mientras tanto en la ciudad de Mithila, capital del Reino
de Videha, el Rey Janaka creyo llegado el momento de 
casar a su hija, la incomparable Sita, la de los ojos como
la Flor de Loto, y asi hizo comunicar a todos los que eran
de familia real que aquel que pudiera doblar el arco
sagrado de Rudra y disparar con el, podria casarse con
su hija Sita.


Poderosos principes y grandes señores llegaron de lejanos
reinos con la pretension de doblar el famoso arco de Rudra;
pero a pesar de sus esfuerzos, nada consiguieron, teniendo
que regresar avergonzados a sus reinos.


Pero he aqui que de Ayodhia, la capital del Reino de Kosala,
llegaron el Principe Rama y su hermano Laksmana,
acompañados de un sabio llamado Viswamitra, quien lleno
de dignidad, pidio al rey fuera concedido al Principe Rama
probar su fuerza con el arco maravilloso y cuando, ante 
toda la corte reunida, le fue presentado a Rama el arco de
Rudra en su descomunal estuche, ante el asombro y
estupefaccion de los presentes, alzo el arco, lo doblo, y
tanta era Su fuerza que lo partio al tensarlo. Entonces
produjose un ruido formidable, semejante a un enorme
trueno, temblo la tierra y la montaña vecina se 
estremecio hasta los cimientos. Los cortesanos y demas
principes que alli estaban se desvanecieron, y tras los
primeros instantes de terror el Rey Janaka, lleno de
Majestad, se dirigio a Rama y le dijo: He sido testigo
de la proeza del hijo de Dasaratha. Mi bella hija Sita
a quien quiero mas que a mi vida, gozara de la dicha de
tener un esposo que es semejante a los Dioses. Pero
quiero que mi Palacio sea honrado con la Presencia de
Dasaratha. Partid, mensajeros, en su busca, y que 
vengan con el sus otros hijos.


La orden fue cumplida, y los mensajeros, tras larga 
carrera y sin casi detenerse, llegaron a Ayodhia, y
alli, ante los sacerdotes y nobles reunidos, 
transmitieron su mensaje al Rey. Jubiloso Dasaratha
ante la Victoria de su hijo, accedio al momento a
trasladarse a la capital del Reino de Videha,
acompañado de sus hijos y su sequito.


A su llegada fue recibido por Janaka, quien
acompañado de Rama y Laksmana, salio al
encuentro del Rey de los Kosalas. Grandes fiestas
celebraron su llegada y se juntaron con los
preparativos de la boda y el dia fijado para tal
acontecimiento, Dasaratha, acompañado de sus
hijos y del sacerdote Vasistha, acudio al lugar de
la ceremonia, donde esperaba el rey Janaka, 
junto con las novias.


El Sabio Vasistha, con Viswamitra y Satananda,
penetro en el circulo sagrado y, tal como lo
prescribian las antiguas escrituras, se acerco al
florido altar y coloco las cucharas de oro, los
vasos labrados por los mejores artifices, los
incensarios olorosos, las copas repletas de miel
sagrada, las bandejas de plata y oro, el arroz
tostado y el grano sin cascara distribuidos en
bandejas. Despues de esparcir la hierba 
alrededor del altar, Vasistha hizo la ofrenda al
Dios Agni y entono el sagrado himno del mantra.


Entonces Janaka, tomando a la dulce Sita de la
mano, la presento a Rama, a quien dijo: He
aqui a Sita, mi hija, a quien quiero mas que a
mi vida. Desde ahora sera tu fiel esposa,
compartiendo contigo la suerte o la desgracia.
Quierela tanto en la tristeza como en la alegria
y ten su mano entre las tuyas fuertes, 
protegiendola de todo mal. Que mi hija te siga
en muerte y vida, como la sombra sigue al
cuerpo. Acto seguido y con los ojos empañados
de lagrimas, derramo el agua lustral sobre la
hermosa pareja.


Despues, llevando de la mano a Urmila, cuya
hermosa belleza hacia pareja con la de su
hermana Sita, se dirigio al joven y valiente
Laksmana, diciendole con voz amable: A ti
Laksmana, fiel cumplidor del deber, amado
de los Dioses y de los hombres, te entrego a
mi amorosa Urmila. Tomala como mujer,
estrecha su mano y defiendela; tuya sera en
muerte y vida.


Y a Bharata, el justo, le entrego a su sobrina
Mandhavi, diciendole: Bharata, toma a la 
bella Mandhavi por mujer, y que sea ella 
siempre tuya, en muerte y vida. Coge su
mano y estrechala entre las tuyas. 


Toma la mano de tu esposa Satrugna, y 
estrechala fuertemente, pues seguira
siempre tras de ti como la sombra al cuerpo,
ya que asi ha de ser la mujer fiel para con
su esposo. Que comparta contigo suerte y
desgracia, tristeza y gozos.


Y los Principes, asiendo entre sus fuertes 
manos las debiles y amorosas de sus 
esposas, escucharon el himno sagrado
cantado por Vasitha, el mas Santo de los
sacerdotes. Luego, como mandan los
antiguos ritos, las parejas nupciales
dieron la vuelta alrededor del fuego, del
Rey y de los sacerdotes. Una lluvia de 
flores cayo sobre ellos y una dulcisima
musica lleno el aire con sus armoniosos
sones.


Finalizada la fiesta, Dasaratha, con sus
hijos y nueras, regresaron a la Villa de
Ayodhia. La hermosa ciudad adornada 
con banderas y gallardetes, los recibio 
al son de los tambores y trompetas, 
entre las aclamaciones del pueblo.
Llovian las flores sobre el camino, 
canciones de bienvenida se entonaban
por doquier, las gentes llevaban vestidos
de gala. Asi aclamado por su subditos,
Dasaratha penetro en la ciudad de sus
antepasados, entrando luego en su Palacio,
resplandeciente como las cumbres del
Himalaya.


Las tres Reinas, Kausalia, Kaikeyi y Sumitra,
saludaron a las novias felices. Estas vestidas
de seda y ricamente adornadas, tras de hacer
acatamiento a los Dioses Lares, saludaron a
todos los parientes y amigos y se dirigieron,
con sus respectivos esposos, a los esplendidos
palacios que les estaban destinados.


Y fueron felices los matrimonios, felices como
tan solo pueden serlo los que, como ellos, son
justos, honrados y amantes.


Rama, siempre cumplidor del deber, favorecido
de los Dioses, profesaba a su anciano padre un
Amor sin igual, y los brahmanes bendecian al
Principe por Su Fe en los Dioses, mientras la 
gente le bendecia por su Amor al pueblo.


Dentro del corazon de Sita solo vivia la imagen
de Rama, y en el corazon de este, en
amorosa compensacion, solo vivia la imagen
de Sita...........


















                  



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