HUMILDAD

HUMILDAD

Un ciclon puede arrancar grandes arboles de raiz y destruir edificios; pero la hierba no se vera afectada, por muy potente que sea el ciclon. Esa es la grandeza de la humildad.

Inclinarse ante los demas no es un signo de debilidad. Deberiamos tener la grandeza de inclinarnos incluso ante la hierba. Si vais a un rio y no sois capaces de inclinaros ante sus aguas (por ejemplo, inclinar la cabeza sobre su superficie) para lavaros, vuestro cuerpo seguira sucio. Cuando un aspirante rechaza inclinarse ante los demas, impide que su ignorancia desaparezca.

El hombre proclama con altaneria que le basta con apretar un boton para destruir

el mundo. Pero para apretar ese boton, debe mover un dedo. No pensamos en el poder que hay detras de ese movimiento. La humildad proclama haber conquistado el mundo, pero no somos capaces siquiera de contar los granos de arena que hay bajo

nuestros pies. ¡Que pequeña pretension haber conquistado el mundo!.

Suponed que alguien se enoja con vosotros sin ninguna razon. Incluso, en ese

momento, un aspirante espiritual deberia mostrarse humilde y postrarse ante el,

observando esa situacion como un juego de Dios representado para probarlo. Solo si

actuamos asi, podra decirse que la meditacion ha dado sus frutos.

Incluso cuando alguien esta cortando de raiz un arbol, este le sigue dando sombra. Asi deberia ser una persona espiritual. Solo aquel que reza por el bien de los demas,

hasta de los que le hacen sufrir puede realmente ser considerada una persona espiri-

tual.